viernes, 28 de septiembre de 2012


SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Todos sabemos que las esperas desesperan, por lo que una espera de nueve meses puede ser agotadora. Sobre todo cuando está acompañada de tantas cosas maravillosas y complicadas a la vez. Hay demasiados componentes físicos y psicológicos involucrados de por medio, por lo que considero a las cuarenta semanas de gestación como la espera más desesperante de todas. 


Dice el rezo “La paciencia todo lo alcanza” por lo que le pido a la Santa que me dé el don de la paciencia para que nada me turbe ni me espante, y que  haga el milagro en una mujer sumamente ansiosa e impaciente. 

Nada de lo que va a ocurrir en las próximas horas depende de mí. Todo está en manos de otros, yo no tendré el control de nada, y eso puede elevar mi ansiedad al máximo.

Entonces, necesito una copa de paciencia y más paciencia, con un poquito de serenidad y calma para aguantar hasta el final. Será un fin de semana largo y no por el feriado sino por todo lo que ocurrirá a partir de hoy en adelante. Los nueve meses pasaron, las cuarenta semanas terminaron y mi bebita tiene que nacer. Los fuertes dolores de vientre que tengo a diario me dicen que mi hijita ya no está cómoda y quiere salir.  No sé cómo, no sé cuándo exactamente, pero tiene que ser este fin de semana. Así está escrito. 


Porque no soporto la desorganización, tengo la maleta,  para ir a la clínica, lista desde hace tiempo, pero ¿Quién me ayuda a preparar mi corazón? Ese no está listo pero yo me tengo que ir ya. La espera termino, estoy impaciente y nerviosa. Solo pido, desde esta líneas,  un poco más de paciencia y calma para hoy o mañana, así que nos vemos pasado mañana, con Alejandrita en mis brazos. 

viernes, 21 de septiembre de 2012


CAMINATA

Estamos en el segundo semestre del año. Falta poco para que termine el noveno mes del 2012. El tiempo no se detiene por lo que estoy en el último trimestre de gestación. Tengo una linda y perfecta bebita dentro de mi barriguita, no lo digo por presumir, sino porque estoy llegando al final de mi embarazo y las ecografías dicen que la bebé está totalmente desarrollada, lista para salir.

Ahora ese es el pequeño detalle, la bebé tiene que salir. Quisiera tener un parto natural, con todo lo que eso significa, contracciones y dolor, pero hay cosas que una no decide en esta vida, la vida las decide por una, así que no tengo otra opción que esperar, pacientemente a que todo este perfecto para el momento de dar a luz.

Lo que sí puedo hacer es acudir a la infinita sabiduría popular. Por lo que otra vez les pregunte a todas esas “señitos” que saben y saben tanto porque “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Les rogué que me contaran los trucos para poder tener un parto a la antigua y me dieron la fórmula secreta “Camina hijita, camina”.


Entonces, para que mi barriga baje y mi bebé encaje, solo tenía que caminar y caminar. Ya lo había hecho al inicio de mi embarazo. Luego que el sol se fue de Lima y yo deje la piscina, me dedique a caminar casi dos kilómetros diarios o casi una hora diaria, hasta que la lluvia de invierno me retuvo en casa dejando las caminatas. He querido volver a la rutina de mis salidas diarias, pero me cohíbe tanto el frío y me da tanto miedo resbalarme en las calles mojadas de la mañana que ya no salgo temprano de casa. Pero eso no impide que camine en la tarde. Cuando el día se torna caliente yo vuelvo a mis zapatillas y a pasear se ha dicho. 

Cualquier excusa es buena para caminar: el día esta hermoso, vamos a mirar tiendas, tengo que hacer hora, hay que hacer unas compras, me falta sencillo para el pasaje, etc. El objetivo es claro, para mejorar las posibilidades de un parto sano lo mejor es caminar y caminar hasta reventar. Así que caminante para adelante, camina y camina. Cuando te sientas cansada sigue caminado que la perseverancia lo alcanza todo y en este caso la recompensa ya está en mi panza. 

sábado, 15 de septiembre de 2012


LAS EXPERTAS

Muchas veces, mi mamá me enseñaba las cosas de la vida con un refrán. Se sabía varios y me los decía siempre. Creo que durante mi infancia y adolescencia escuche muchísimos refranes pero hay uno del cual les quiero contar en esta ocasión.

Estar embarazada puede ser una situación que atemoriza y asusta a muchas mujeres hoy en día. Temen por su salud física e incluso por el aspecto emocional durante los nueve meses. Por eso hay que tomar las cosas con calma. Debemos comenzar a informarnos  y prepararnos  para todo. Se debe buscar a la gente que sabe y rodearse de buena gente. Desde que me enteré que estaba esperando no he cesado en esta búsqueda. He consultado libros, revistas y páginas web; pero sobre todo he hablado con muchas personas valiosas, expertas en el tema.

Lo primero que hice fue buscar a mis amigas, o las amigas de mis amigas que habían dado a luz hace poco. Necesitaba saber sus historias e informarme de todo lo relacionado a la maternidad de verdad.  Fueron muy amables, conversamos de todo un poco y tuve mucha suerte al poder robarles unas horas de su valioso tiempo como madres.

Pero no contenta con esto, busque a más expertas en el tema. Profesionales dedicadas al embarazo y la maternidad, incluso de forma gratuita en algunas ocasiones. Fue fácil encontrarlas, solo hay que ir al lugar indicado para saber de ellas. Tienes que estar atenta a todos los medios, desde el tradicional periódico hasta el moderno Facebook para conseguir sus datos. Así fue como llegue a contactarme con la “Casa de Nacimientos Pakari” un sitio único e ideal para conversar sobre un embarazo sano y un parto natural, a la antigua, incluso sin la necesidad de ir a una clínica. Además fui a la “Liga de la Leche Materna” que es un grupo de mujeres maravillosas, dedicadas a fomentar la lactancia materna sin problemas y con una naturalidad admirable.

Aquí es donde entra a tallar el refrán del cual les hable al principio. Mi mami siempre me lo decía “Dime con quién andas y te diré quién eres”, y yo decidí andar con gente buena, con gente que sabe, que puede ayudarme y acompañarme durante mi embarazo. Y tú ¿con quién andas?

sábado, 8 de septiembre de 2012


EL CUARTO DE AMOR

Dicen que todos los bebés vienen con su pan bajo el brazo pero a veces hay que ayudarlos un poquito por si vienen con algo muy chiquito. Si de economía hablamos, mi embarazo llegó en un momento de leve crisis económica; con un trabajo de medio tiempo. Definitivamente eso fue súper positivo para otros aspectos de mi gestación pero no precisamente para el tema financiero. Con algo de organización y mesura he logrado mantener a flote la billetera; pero el tiempo avanza y los gastos aumentan.

Llegó la hora de equipar el cuarto y comprar todo lo que hacía falta para la tan esperada llegada, pero las cuentas no cuadraban. Solo había una hermosa cuna de madera desde hace un par años, que llegó a casa de una forma peculiar, la cual no puedo contar porque me puedo delatar. Todo lo demás tenía que ser comprado. Pero el monedero no daba para tener todo nuevo y comencé a buscar cosas de segunda, así como algunas herencias y prestamos oportunos. Los niños crecen rápido y todo lo dejan pronto, casi como nuevo.  Con esto puse las primeras cositas en la habitación. Pero aún había mucho por hacer.


Entonces llegó al rescate la caballería. Mis familiares y mis amigas del alma me dieron tantos regalos tan bellos que el cuarto de mi nenita esta hermoso. Tienen que venir a verlo. Hay algunas cosas que no combinan, hay de todos los colores, formas y marcas pero total, a caballo regalado no se le mira el diente, dicen las que saben. Los seres humanos no somos islas solitarias, formamos bellos archipiélagos; y soy muy afortunada al tener los amigos que tengo. El cuarto de Alejandra está perfecto porque está hecho de amor y más amor. Por eso no necesita nada más. 

sábado, 1 de septiembre de 2012


PONTE A TEJER

Mi barriga de embarazada suscita conversaciones en cada esquina. Lugar donde voy, la gente me pregunta sobre mi estado y soltamos una larga charla sobre el tema. Preguntan sobre las semanas de gestación, sobre el sexo del bebé, sobre los síntomas del embarazo y más. Obvio que son las madres las más interesadas en el asunto. Casi todas las señoras se entusiasman con mi panza en el mercado, en la tienda, en la combi, en el kiosko, etc.

Estas charlas informales no terminan en simples conversas. Hay algunas que misteriosamente giran hacia una serie infinita de consejos, casi órdenes. Has esto, come aquello, toma tal cosa, anda aquí, compra acá. La información siempre es bienvenida pero la presión es la que me preocupa, más aún si viene de alguien cercano y conocido. Si la señora en cuestión me conoce de tiempo, la obligación abruma. “Hijita” dice “tienes que hacer esto” y te empiezas a estresar.

Una de estas señoras, muy cercana, muy querida me salió un día con un comentario de aquellos “Hijita, ¿Cuándo empiezas a tejer? Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, así que apúrate” No me caí porque estaba sentada. ¿Tejer? Es en serio. No hay forma de que lo haga. Me jalaron en el curso de laboral en el colegio. Eso se compra hecho. Es muy difícil. Si quieres le bordo la inicial de su nombre en alguna babita. Pero tejer, el roponcito entero ni en sueños.

Casi me excomulga de la sociedad de antiguas madres peruanas. Yo no sabía si reír por la ocurrencia o llorar por la impotencia. Busqué la ayuda adecuada con una amiga experta en el asunto y ella salvo mi honor materno. Fuimos juntas a buscar la lana, el color y el modelo. Para el Baby Shower hizo el milagro. Me regalo un hermoso tejido a mano hecho por ella con mucho amor. Lo que importa es la amistad. Gracias por el hermoso regalo, gracias por detalle Miri.