ADIOS
CORTICOIDE
Hace
más de treinta años que tengo una relación complicada, de amor y de odio a la
vez. Una relación que me ha traído más inconvenientes que oportunidades. Desde
los tres años soy alérgica, por lo que
mis pulmones dependen de varias medicinas para no sufrir. Y todos mis colegas
asmáticos alérgicos saben de lo que estoy hablando: nariz siempre mocosa, sobre
todo en las mañanas, tos irritante, agitación general con la primera risotada y
ese indeseable silbidito de pecho.
Por lo
tanto la receta es obvia: miles de pastillas desde niña, que aprendí a tomar
hasta de tres en tres, jarabes broncodilatadores de muchos sabores y como
ingrediente principal mis queridos inhaladores. Uno de los componentes de este
maravilloso sancochado farmacéutico es el corticoide; el que hace bien a los
pulmones pero te mata el estómago y todo lo que puede a su paso. Las
contraindicaciones de esta sustancia son cuantiosas y es el mayor objeto de mi
odio. Pero con el tiempo, me acostumbre a todos mis remedios, e incluso llegue
a quererlos un poquito porque dependía de ellos.
Alguien
me había dicho alguna vez que me iba a curar del asma cuando salga embarazada.
Eso creó mucha expectativa en mí. Pero la cosa no era tan fácil, durante el
embarazo una no puede tomar ningún tipo de medicamentos. ¿Qué iba a hacer nueve
meses sin mis inhaladores? ¿Cómo podría sobrevivir sin ellos en el húmedo
invierno limeño? Lo primero que hice luego de confirmar mi embarazo fue llamar
a mi neumólogo. Él me dijo fuerte y claro: “Desde este momento deja todos los
inhaladores hasta nuevo aviso” Como era verano no hubo mayor problema. Y ya
sabes lo que dice el dicho “agua que no has de beber, déjala correr” por lo que
guarde todos mis cotidianos remedios e incluso regalé algunas pastillas y doné
algunos jarabes.
Espero
que con mi embarazo se haya terminado mis tres décadas de asmática y que esta
alergia del mal no vuelva más. Me siento muy bien para estar en pleno invierno
y me he olvidado de los inhaladores casi por completo. Me despido aquí de mis
años de asma y le doy la bienvenida a mis años como mamá feliz. Respiro
profundo. Ahh!!!
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