lunes, 31 de diciembre de 2012


AGRADECIMIENTO FINAL

Como reflexión de fin de año una buena amiga escribió que su bebita había sido su gran logro del 2012 pero que  a su vez era su gran reto para el 2013. Nada más cierto. Las madres de este año que acaba lo sabemos muy bien. Y somos varias. Las he contado. Tener un bebé es maravilloso pero exige un esfuerzo diario. Un trabajo a tiempo completo de 365 días.

Tengo que dar gracias por este año que se acaba. Fue un año extraordinario. Se cumplió, sin querer queriendo una de las máximas que he repetido desde muy joven: “yo no voy a trabajar cuando salga embarazada”. Se cumplió sin proponérmelo y me fue muy bien. No hubo plata para ir a la peluquería pero como odio que me corten el pelo no me afecto en lo absoluto. Disfrute mi embarazo. Tuve tiempo para relajarme por primera vez en mi vida y conectarme desde la barriguita con mi bebita.

Ya lo he mencionado antes pero no está de más volverlo a hacer. Este año me sentí la mujer más querida del mundo. Me sentí acompañada todo el tiempo. Mis amigas y amigos me rodearon de amor y de alegría en todo momento. Los presentes para Alejandrita y para mí llegaron por montones. Nunca sentí más amor y más emoción como en este 2012. Gracias otra vez.

En enero todos hablaban del fin del mundo. Llegó el esperado día y nada paso. Pero si realmente la profecía Maya se hubiera cumplido me habría encontrado feliz. Satisfecha con mi profesión y mi matrimonio; enamorada de mi esposo y de mi hijita; agradecida por todo lo que tengo, bendecida en todo sentido. Chau 2012, todo salió bien. Hola 2013, estoy segura de que serás muy especial. 

viernes, 30 de noviembre de 2012


ASIENTO RESERVADO

La educación cívica en el Perú es una cosa de locos, en los noventas se dictaba en curso y para el 2000 desapareció como por arte de magia. Nadie sabe la razón de la ausencia y no fue por haber aprendido la lección.  Nuestro civismo esta por los suelos en líneas generales. No pensamos en los demás, siempre buscamos nuestra propia conveniencia. Son muy pocos los buenos ciudadanos de la gran Lima. El civismo se fue al tacho y sobre todo en las reglas de tránsito y el transporte urbano.

La cultura combi nos invade pero olvidándose de la urbanidad y buenos modales. La sociedad se junta en el paradero y en el micro presentando un panorama desolador. Se encoje lo bueno predominando lo malo. Murió la caballerosidad y triunfó la vulgaridad. Eso de las damas y nos niños primero está en el olvido.

Mi barriga de embarazada no fue pequeña, así que si subía a algún micro era obvio que necesitaba el asiento reservado. No hacía falta preguntar. Sin embargo muchas veces era invisible.  De repente no use mucha ropa de embazada que me delatara, pero mi panza aun así se notaba. Creo que necesita un cartel. O mejor aún, tenía que gritarlo a los cuatro vientos. Bebé que no llora no mama, dice el dicho, y yo lloraba por una asiento vacío.

En el transporte público limeño me toco de todo: en algunos muy educados,  me daban el asiento a la primera, en otros el cobrador obligaba a que me den el asiento, algunas veces era un pasajero el que obligaba al cobrador a que me dieran el asiento y también me toco micros en donde nunca me dieron el asiento.

Ahora que estoy con mi bebita en brazos, ¿seguiré siendo invisible? ¿Me darán el asiento reservado? Curso de educación cívica obligatorio para todos por favor. Mejor me voy a pie. Bajo por favor. Pie derecho me dice. ¡Qué horror!

viernes, 23 de noviembre de 2012


LACTANCIA

Todas las madres primerizas ansiamos con desesperación cargar a nuestro bebé por primera vez. Hemos soñado con la idea de tenerlo entre nuestros brazos. Ese primer momento es único. Sentir su cuerpo pequeñito e indefenso; saber que es nuestra responsabilidad como madre cuidarlo y alimentarlo nos emociona y nos asusta a la vez.

Las películas y la caja boba nos han presentado la lactancia como cosa fácil. Nos han mostrado a madres dando de lactar a sus hijos de manera mágica y armónica. Y claro, una se cree el cuento,  imaginando  la cosa como en las fotos y los videos que circulan por ahí. Todo idílico, todo perfecto. Pero la perfección se logra con la práctica, con mucha práctica.

Luego de gritar, sudar, llorar y querer matar a alguien, llegue a esa perfección de la que hablan los medios. Tener que alimentar a mi bebé cada dos horas fue traumático al principio. Después del momento KodaK, viene el dolor máximo. Los pezones agrietados y maltratados son cosa normal en un inicio. Pero eso no sale en las producciones de Hollywood, por lo que una cree que algo anda mal. Todas queremos llegar a la lactancia de película y eso no ocurre durante los primeros días. Paciencia y tranquilidad para poder lograrlo.

Pero como está en juego la comida de tu niño, una se desespera. ¿Cómo lograr una lactancia perfecta? ¿Cómo sé que lo estoy haciendo bien? Nuevamente pido tranquilidad y calma. El estrés acaba con la leche. No hay fórmula mágica para dar de lactar. Los consejos y tips ayudan un poco, pero solo tú, mamá querida encontrarás la manera perfecta de estar con tu bebé y alimentarlo.

El secreto para hacerlo, como todo en la vida, es paciencia y mucho amor. Solo con calma y una fuerte conexión con tu pequeño o pequeña podrás dar de lactar a la perfección. Observa a tu hijo sin angustiarte a la primera. Nada te cortará la leche, eso tenlo por seguro y concéntrate en ese momento maravilloso,  en el instante en donde los dos juntos alimentaran su eterna relación de madre e hijo. 

viernes, 9 de noviembre de 2012


POST PARTO

Luego de varias semanas de ausencia y de descanso, aquí vuelve mi querido blog a hacer de las suyas. Pese a que sigo adolorida y tremendamente ocupada, extraño mucho escribir por lo que me daré, siempre que pueda, un tiempito para contar mis historias a mi gusto y forma. Gracias por soportarme.

El doctor dijo tres semanas de reposo. Las sabias señoras de mi tierra dijeron cuarenta días de descanso. El doctor dijo dieta normal; las queridas señoras dijeron no comas esto y aquello porque es malo, se lo pasas en la leche al bebé. Por último el doctor dijo que realizara mi rutina normal; pero las lindas señoras del pueblo dijeron nada de lavar, menos con agua fría por que se te corta la leche.

Ciencia exacta y comprobada o tradición popular. ¿Qué es lo más indicado? ¿A quién escucho? Me duele tanto todo el cuerpo que les haré caso a todos. Y es que esto de ser madre no es fácil. Ya sea por parto natural o por cesaría el asunto no es cosa de juego. El organismo experimentó una serie de cambios durante el embarazo y ahora todo tiene que volver a la normalidad. Algunos dicen que nunca vuelve a ser como antes. Otros que es un nuevo embarazo, que el cuerpo necesita mínimo nueves meses para estar como al principio. Lo cierto es que sigo distinta y confundida. Nuevos retos corporales aparecen y yo ya no puedo más. Quiero más medicamentos o más consejitos de abuela para sentirme bien. Quiero hacer de todo pero al primer movimiento mis músculos me dicen: Alto!!!

Esto se complica por las pocas horas de sueño y el desgaste producido por pañales y demás. Es un círculo vicioso. Cada dos horas pañal y teta. Cero descanso, nada de reposo. ¿Cómo puedo recuperarme? Auxilio, necesito ayuda  por favor. La ayuda llega pero el dolor no se va. El cuerpo tiene que acostumbrarse al nuevo ritmo. La rutina será diferente de ahora en adelante y solo hay una forma de afrontarla. Una sola manera para que todo pase. El secreto está en la fuerza que tiene cada mamá. Me he convertido en madre y ahora siento una felicidad inmensa que hace que todo desaparezca. Estoy muy cansada para todo, menos para abrazar a mi hijita y llenarla de besos. Sus sonrisas son como vitaminas, e hicieron que estos cuarenta días se pasaran volando. Me siento mejor, pero sobre todo me siento feliz, increíblemente cansada pero eternamente feliz. 

viernes, 28 de septiembre de 2012


SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Todos sabemos que las esperas desesperan, por lo que una espera de nueve meses puede ser agotadora. Sobre todo cuando está acompañada de tantas cosas maravillosas y complicadas a la vez. Hay demasiados componentes físicos y psicológicos involucrados de por medio, por lo que considero a las cuarenta semanas de gestación como la espera más desesperante de todas. 


Dice el rezo “La paciencia todo lo alcanza” por lo que le pido a la Santa que me dé el don de la paciencia para que nada me turbe ni me espante, y que  haga el milagro en una mujer sumamente ansiosa e impaciente. 

Nada de lo que va a ocurrir en las próximas horas depende de mí. Todo está en manos de otros, yo no tendré el control de nada, y eso puede elevar mi ansiedad al máximo.

Entonces, necesito una copa de paciencia y más paciencia, con un poquito de serenidad y calma para aguantar hasta el final. Será un fin de semana largo y no por el feriado sino por todo lo que ocurrirá a partir de hoy en adelante. Los nueve meses pasaron, las cuarenta semanas terminaron y mi bebita tiene que nacer. Los fuertes dolores de vientre que tengo a diario me dicen que mi hijita ya no está cómoda y quiere salir.  No sé cómo, no sé cuándo exactamente, pero tiene que ser este fin de semana. Así está escrito. 


Porque no soporto la desorganización, tengo la maleta,  para ir a la clínica, lista desde hace tiempo, pero ¿Quién me ayuda a preparar mi corazón? Ese no está listo pero yo me tengo que ir ya. La espera termino, estoy impaciente y nerviosa. Solo pido, desde esta líneas,  un poco más de paciencia y calma para hoy o mañana, así que nos vemos pasado mañana, con Alejandrita en mis brazos. 

viernes, 21 de septiembre de 2012


CAMINATA

Estamos en el segundo semestre del año. Falta poco para que termine el noveno mes del 2012. El tiempo no se detiene por lo que estoy en el último trimestre de gestación. Tengo una linda y perfecta bebita dentro de mi barriguita, no lo digo por presumir, sino porque estoy llegando al final de mi embarazo y las ecografías dicen que la bebé está totalmente desarrollada, lista para salir.

Ahora ese es el pequeño detalle, la bebé tiene que salir. Quisiera tener un parto natural, con todo lo que eso significa, contracciones y dolor, pero hay cosas que una no decide en esta vida, la vida las decide por una, así que no tengo otra opción que esperar, pacientemente a que todo este perfecto para el momento de dar a luz.

Lo que sí puedo hacer es acudir a la infinita sabiduría popular. Por lo que otra vez les pregunte a todas esas “señitos” que saben y saben tanto porque “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Les rogué que me contaran los trucos para poder tener un parto a la antigua y me dieron la fórmula secreta “Camina hijita, camina”.


Entonces, para que mi barriga baje y mi bebé encaje, solo tenía que caminar y caminar. Ya lo había hecho al inicio de mi embarazo. Luego que el sol se fue de Lima y yo deje la piscina, me dedique a caminar casi dos kilómetros diarios o casi una hora diaria, hasta que la lluvia de invierno me retuvo en casa dejando las caminatas. He querido volver a la rutina de mis salidas diarias, pero me cohíbe tanto el frío y me da tanto miedo resbalarme en las calles mojadas de la mañana que ya no salgo temprano de casa. Pero eso no impide que camine en la tarde. Cuando el día se torna caliente yo vuelvo a mis zapatillas y a pasear se ha dicho. 

Cualquier excusa es buena para caminar: el día esta hermoso, vamos a mirar tiendas, tengo que hacer hora, hay que hacer unas compras, me falta sencillo para el pasaje, etc. El objetivo es claro, para mejorar las posibilidades de un parto sano lo mejor es caminar y caminar hasta reventar. Así que caminante para adelante, camina y camina. Cuando te sientas cansada sigue caminado que la perseverancia lo alcanza todo y en este caso la recompensa ya está en mi panza. 

sábado, 15 de septiembre de 2012


LAS EXPERTAS

Muchas veces, mi mamá me enseñaba las cosas de la vida con un refrán. Se sabía varios y me los decía siempre. Creo que durante mi infancia y adolescencia escuche muchísimos refranes pero hay uno del cual les quiero contar en esta ocasión.

Estar embarazada puede ser una situación que atemoriza y asusta a muchas mujeres hoy en día. Temen por su salud física e incluso por el aspecto emocional durante los nueve meses. Por eso hay que tomar las cosas con calma. Debemos comenzar a informarnos  y prepararnos  para todo. Se debe buscar a la gente que sabe y rodearse de buena gente. Desde que me enteré que estaba esperando no he cesado en esta búsqueda. He consultado libros, revistas y páginas web; pero sobre todo he hablado con muchas personas valiosas, expertas en el tema.

Lo primero que hice fue buscar a mis amigas, o las amigas de mis amigas que habían dado a luz hace poco. Necesitaba saber sus historias e informarme de todo lo relacionado a la maternidad de verdad.  Fueron muy amables, conversamos de todo un poco y tuve mucha suerte al poder robarles unas horas de su valioso tiempo como madres.

Pero no contenta con esto, busque a más expertas en el tema. Profesionales dedicadas al embarazo y la maternidad, incluso de forma gratuita en algunas ocasiones. Fue fácil encontrarlas, solo hay que ir al lugar indicado para saber de ellas. Tienes que estar atenta a todos los medios, desde el tradicional periódico hasta el moderno Facebook para conseguir sus datos. Así fue como llegue a contactarme con la “Casa de Nacimientos Pakari” un sitio único e ideal para conversar sobre un embarazo sano y un parto natural, a la antigua, incluso sin la necesidad de ir a una clínica. Además fui a la “Liga de la Leche Materna” que es un grupo de mujeres maravillosas, dedicadas a fomentar la lactancia materna sin problemas y con una naturalidad admirable.

Aquí es donde entra a tallar el refrán del cual les hable al principio. Mi mami siempre me lo decía “Dime con quién andas y te diré quién eres”, y yo decidí andar con gente buena, con gente que sabe, que puede ayudarme y acompañarme durante mi embarazo. Y tú ¿con quién andas?