viernes, 21 de septiembre de 2012


CAMINATA

Estamos en el segundo semestre del año. Falta poco para que termine el noveno mes del 2012. El tiempo no se detiene por lo que estoy en el último trimestre de gestación. Tengo una linda y perfecta bebita dentro de mi barriguita, no lo digo por presumir, sino porque estoy llegando al final de mi embarazo y las ecografías dicen que la bebé está totalmente desarrollada, lista para salir.

Ahora ese es el pequeño detalle, la bebé tiene que salir. Quisiera tener un parto natural, con todo lo que eso significa, contracciones y dolor, pero hay cosas que una no decide en esta vida, la vida las decide por una, así que no tengo otra opción que esperar, pacientemente a que todo este perfecto para el momento de dar a luz.

Lo que sí puedo hacer es acudir a la infinita sabiduría popular. Por lo que otra vez les pregunte a todas esas “señitos” que saben y saben tanto porque “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Les rogué que me contaran los trucos para poder tener un parto a la antigua y me dieron la fórmula secreta “Camina hijita, camina”.


Entonces, para que mi barriga baje y mi bebé encaje, solo tenía que caminar y caminar. Ya lo había hecho al inicio de mi embarazo. Luego que el sol se fue de Lima y yo deje la piscina, me dedique a caminar casi dos kilómetros diarios o casi una hora diaria, hasta que la lluvia de invierno me retuvo en casa dejando las caminatas. He querido volver a la rutina de mis salidas diarias, pero me cohíbe tanto el frío y me da tanto miedo resbalarme en las calles mojadas de la mañana que ya no salgo temprano de casa. Pero eso no impide que camine en la tarde. Cuando el día se torna caliente yo vuelvo a mis zapatillas y a pasear se ha dicho. 

Cualquier excusa es buena para caminar: el día esta hermoso, vamos a mirar tiendas, tengo que hacer hora, hay que hacer unas compras, me falta sencillo para el pasaje, etc. El objetivo es claro, para mejorar las posibilidades de un parto sano lo mejor es caminar y caminar hasta reventar. Así que caminante para adelante, camina y camina. Cuando te sientas cansada sigue caminado que la perseverancia lo alcanza todo y en este caso la recompensa ya está en mi panza. 

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