sábado, 1 de septiembre de 2012


PONTE A TEJER

Mi barriga de embarazada suscita conversaciones en cada esquina. Lugar donde voy, la gente me pregunta sobre mi estado y soltamos una larga charla sobre el tema. Preguntan sobre las semanas de gestación, sobre el sexo del bebé, sobre los síntomas del embarazo y más. Obvio que son las madres las más interesadas en el asunto. Casi todas las señoras se entusiasman con mi panza en el mercado, en la tienda, en la combi, en el kiosko, etc.

Estas charlas informales no terminan en simples conversas. Hay algunas que misteriosamente giran hacia una serie infinita de consejos, casi órdenes. Has esto, come aquello, toma tal cosa, anda aquí, compra acá. La información siempre es bienvenida pero la presión es la que me preocupa, más aún si viene de alguien cercano y conocido. Si la señora en cuestión me conoce de tiempo, la obligación abruma. “Hijita” dice “tienes que hacer esto” y te empiezas a estresar.

Una de estas señoras, muy cercana, muy querida me salió un día con un comentario de aquellos “Hijita, ¿Cuándo empiezas a tejer? Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, así que apúrate” No me caí porque estaba sentada. ¿Tejer? Es en serio. No hay forma de que lo haga. Me jalaron en el curso de laboral en el colegio. Eso se compra hecho. Es muy difícil. Si quieres le bordo la inicial de su nombre en alguna babita. Pero tejer, el roponcito entero ni en sueños.

Casi me excomulga de la sociedad de antiguas madres peruanas. Yo no sabía si reír por la ocurrencia o llorar por la impotencia. Busqué la ayuda adecuada con una amiga experta en el asunto y ella salvo mi honor materno. Fuimos juntas a buscar la lana, el color y el modelo. Para el Baby Shower hizo el milagro. Me regalo un hermoso tejido a mano hecho por ella con mucho amor. Lo que importa es la amistad. Gracias por el hermoso regalo, gracias por detalle Miri. 

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