sábado, 8 de septiembre de 2012


EL CUARTO DE AMOR

Dicen que todos los bebés vienen con su pan bajo el brazo pero a veces hay que ayudarlos un poquito por si vienen con algo muy chiquito. Si de economía hablamos, mi embarazo llegó en un momento de leve crisis económica; con un trabajo de medio tiempo. Definitivamente eso fue súper positivo para otros aspectos de mi gestación pero no precisamente para el tema financiero. Con algo de organización y mesura he logrado mantener a flote la billetera; pero el tiempo avanza y los gastos aumentan.

Llegó la hora de equipar el cuarto y comprar todo lo que hacía falta para la tan esperada llegada, pero las cuentas no cuadraban. Solo había una hermosa cuna de madera desde hace un par años, que llegó a casa de una forma peculiar, la cual no puedo contar porque me puedo delatar. Todo lo demás tenía que ser comprado. Pero el monedero no daba para tener todo nuevo y comencé a buscar cosas de segunda, así como algunas herencias y prestamos oportunos. Los niños crecen rápido y todo lo dejan pronto, casi como nuevo.  Con esto puse las primeras cositas en la habitación. Pero aún había mucho por hacer.


Entonces llegó al rescate la caballería. Mis familiares y mis amigas del alma me dieron tantos regalos tan bellos que el cuarto de mi nenita esta hermoso. Tienen que venir a verlo. Hay algunas cosas que no combinan, hay de todos los colores, formas y marcas pero total, a caballo regalado no se le mira el diente, dicen las que saben. Los seres humanos no somos islas solitarias, formamos bellos archipiélagos; y soy muy afortunada al tener los amigos que tengo. El cuarto de Alejandra está perfecto porque está hecho de amor y más amor. Por eso no necesita nada más. 

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